Enrique Seoane Ros (Lima, 12 de enero de 1915–26 de julio de 1980), fue un arquitecto peruano egresado de la Escuela Nacional de Ingenieros de Lima, Perú en 1938. Su producción arquitectónica fue vasta, abarcando viviendas unifamiliares de la alta sociedad así como edificios públicos y privados.
Su arquitectura fue de tendencia neocolonial en un inicio, luego pasó a ser moderna y finalmente presentó atisbos de una transición al postmodernismo. Se caracterizó por la constante búsqueda de rasgos propiamente peruanos. El carácter y originalidad de su labor arquitectónica le valió el Premio Nacional “Chavín” en 1950 y 1953.
Además de su actividad proyectual Seoane ejerció la docencia universitaria, primero en la Universidad Nacional de Ingeniería (1946–1957), y tras una breve experiencia profesional en Panamá, ingresó como docente en la Universidad Nacional Federico Villarreal en 1975, donde permaneció hasta su fallecimiento, a la edad de 65 años.
Estudió en el colegio de La Inmaculada y siguió los cursos de arquitectura en la Escuela Nacional de Ingenieros. Se diplomó de ingeniero-arquitecto en 1944 y fue profesor del Departamento de Arquitectura de la UNI y de la Universidad Federico Villarreal. En sus inicios como profesional, trabajó con varios arquitectos y participó en proyectos de varias residencias en Lima y en lo concursos para los hoteles de turistas del Cuzco y Arequipa que, al final ganaron con su propuesta neocolonial. Desde ese momento, Seoane se identificó plenamente con ese estilo (inspirado en el barroco del siglo XVIII) y se convirtió en uno de sus principales exponentes en el país. El neocolonial, muy en boga en los años 30 y 40, tuvo la virtud de desplazar a los estilos académicos, básicamente de corte francés, y uniformizar la arquitectura en nuestro país, además de despertar el interés por la arquitectura del pasado, en este caso de los tiempos virreinales. Dentro de esta tendencia estilística, Seoane diseñó varias viviendas particulares y el Edificio Rizo Patrón (1939-40). Se trata de una construcción triangular de siete niveles más un sótano, ubicada en la prolongación de la avenida Tacna con Garcilaso de la Vega.
El edificio fue premiado por la Municipalidad de Lima en las Fiestas Patrias de 1940.
En 1947, Seoane apoyó, aunque no firmó, el “Manifiesto de la Agrupación Espacio” en el que un grupo de arquitectos, liderados por Luis Miro Quesada, demandó dejar atrás el eclecticismo imperante y propiciar y difundir el arte, la arquitectura y el urbanismo contemporáneos; el “Manifiesto” fue publicado en El Comercio y en la revista El Arquitecto Peruano. De acuerdo a este llamado, Seoane ingresa a un periodo de evolución en el que utiliza ciertos elementos del neocolonial y los combina con el racionalismo de las corrientes modernistas. De esta época de transición (1945-50), sin contar las casonas particulares que diseñó, rescatamos los siguientes edificios:
Edificio Tacna-Nazarenas (1945-46).-
Edificio Wilson (1945-46).-
Ubicado en la esquina de Garcilaso de la Vega con Rufino Torrico, derivado del anterior, resalta por su fachada simétrica y la coronación del edificio con relieves geométricos inspirados en los dibujos de las culturas prehispánicas de la costa.
Edificio La Fenix (1945-48).-
Ubicado en la Plazuela Elguera, tuvo el premio nacional de fomento a la cultura Chavín en arquitectura (1950).
Edificio La Nacional (1947-48).- Ubicado en al esquina de Camaná con Emancipación.
Edificio Diagonal (1952-54).-
En la esquina de Óscar R. Benavides y Pasaje Olaya (Miraflores).
La destreza de Seoane supera los límites de una correcta interpretación de fórmulas establecidas en la concepción de formas y espacios. Más allá del aspecto cosmopolita y tecnológico que los edificios de muros cortina podrían brindar, Seoane desarrolló algunos edificios de viviendas logrando una arquitectura en altura doméstica y pertinente, y que se ubican en la ciudad con innegable sentido de lugar.La enorme producción de Seoane abarcará en estos años tipologías muy variadas como residencias, colegios edificaciones religiosas, entre otras, todas de singular carácter y aporte al desarrollo de la arquitectura nacional.
ResponderEliminarKaren Baldwin
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ResponderEliminarSeoane no circunscribe sus motivos de inspiración a una determinada época o estilo con motivaciones ideológicas, reivindicativas o románticas, sino que se nutre de la amplia riqueza de formas del legado arquitectónico en el Perú para encontrar los elementos que permitan expresar una nueva propuesta creadora, una arquitectura con identidad formal local más allá de toda intención doctrinaria.
ResponderEliminarNicola Pasco